La segunda venida
Del cielo, disminuido el sol,
se recogen anuncios,
perturbación
de los cielos y sus potencias,
para el día y el minuto que no pensamos,
en que uno de cada dos
será tomado, imprevistamente,
y el otro dejado,
era acabándose,
y era por suceder, iniciándose
al alcanzar extrema amplitud
la curva abierta sobre nosotros
con Cristo,
su nacimiento
vasto como el vuelo del halcón:
en círculos y círculos,
un distanciarse hasta no escuchar ya
el silbato del halconero.
Venida
que es congoja, en paralelismo
con aquella que los siglos
deslucieron,
y a trancos
de bestia, lo animal apocalíptico,
torso de león, cabeza humana, esfinge,
para adelantarnos el cumplimiento
de profecías,
y hacia su destino
en Belén, encarnar allí.
Alberto Girri (Buenos Aires, 1919-1991), Existenciales, Sudamericana, Buenos Aires, 1986
Del cielo, disminuido el sol,
se recogen anuncios,
perturbación
de los cielos y sus potencias,
para el día y el minuto que no pensamos,
en que uno de cada dos
será tomado, imprevistamente,
y el otro dejado,
era acabándose,
y era por suceder, iniciándose
al alcanzar extrema amplitud
la curva abierta sobre nosotros
con Cristo,
su nacimiento
vasto como el vuelo del halcón:
en círculos y círculos,
un distanciarse hasta no escuchar ya
el silbato del halconero.
Venida
que es congoja, en paralelismo
con aquella que los siglos
deslucieron,
y a trancos
de bestia, lo animal apocalíptico,
torso de león, cabeza humana, esfinge,
para adelantarnos el cumplimiento
de profecías,
y hacia su destino
en Belén, encarnar allí.
Alberto Girri (Buenos Aires, 1919-1991), Existenciales, Sudamericana, Buenos Aires, 1986
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Foto de Susana Mulé
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