Diario
"No tengo más ganas", me digo - casi en voz alta -
a las nueve de la noche, por la Tuscolana, la noche de Santo Stefano,
con el cielo de nuevo sereno tras la lluvia - delante del Mandrione -
los "otros" inocentes sobre autos terroríficos, o a pie, que vuelven
de paseos familiares - en la noche enemiga - o van en busca de amor,
más allá de la fuente del Seiscientos, y los arcos sobre la vía -
en el fragor pasajero de las littorinas * o los vagones de carga, entre
chaparrones de lluvia seca - de dolor - y estrellas furiosas como agujas en el cielo,
al que las nubes blancas confieren un celeste oscuro aterrador -
"no tengo más ganas... - me digo, con los zapatos pesados por el barro -
de ese amor..."
Sonrío, pienso en un verso de la mañana, en Asís:
"Sustituirme por otro en el amor de sí mismo", era ese el verso.
"No tengo más ganas de amor".
Entre los abrigos de los transeúntes, agitados por el viento, bajo estrellas espantosas,
nace por sí misma la pregunta: "Entonces...
¿en qué invertir mi libertad?".
Y la rápida respuesta: "¡En la muerte!". Y el sentido
de verdad de todo esto. Camino, aun
sabiendo que se debe morir... - de una muerte
¡"como inversión de la libertad"! Pienso
en otra cosa, en otra cosa. Comienza una vida desconocida.
Pier Paolo Pasolini (Bolonia, Italia, 1922-Ostia, Italia, 1975) "Poesie marxiste, 1964-1965", Tutte le poesie, Mondadori, Milán, 2003
Versión: Jorge Aulicino
* Vagón autopropulsado de la fábrica Fiat, que debe su nombre popular a la ciudad de Littoria (hoy Latina, fundada en 1932 por Benito Mussolini), donde fue estrenado en 1936.
Diario
"Non ho più voglia" mi dico - quasi ad alta voce -
alle nove di sera, per la Tuscolona, la notte di Santo Stefano,
col cielo rasserenato dopo la pioggia - davanti al Mandrione -
gli "altri" innocenti, su macchine agghiacciate, o a piedi, che tornano
da gite famigliari - nella notte nemica - o vanno in cerca d'amore,
oltre la fontana del Seicento, e gli archi sulla ferrovia -
al rombo passeggero di littorine o treni merci - tra rovesci
di pioggia secca -di dolore- e stelle furiose como aghi nel cielo,
che le nuvole bianche rendono cupo d'un turchino terrorizzante -
"non ho più voglia - mi dico, con le scarpe pesanti di fango -
di quell'amore..."
Sorrido, penso a un verso della mattina, ad Assisi:
"Sostituirmi a un altro nell'amore di se stesso", era quel verso.
"Non ho più voglia di amore..."
Tra cappotti di passanti mossi dal vento, sotto stelle spaventose,
da sé nasce la domanda: "Allora...
¿su che invistire la mia libertà?"
E la pronta risposta: "Sulla morte!". E il senso
di verità di tutto questo. Tuttavia cammino,
sapendo di dover morire... - di una morte
"come investimento della libertà"! Penso
ad altro, ad altro. Comincia una vita sconosciuta.
Ilustración: Motociclista, 1924, Mario Sironi
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