La canción de la calle Grimau
[Fragmento]
yo no he venido a predicar ni a chacharear sobre la vida o la muerte
(¿qué son las mayúsculas frente a esta vida?)
yo no me celebro o me canto a mí mismo
mejor hago mutis por el foro a tiempo
mejor transcribo dos o tres cenizas intraducibles
pero injertadas en el machear o a contramano de la injusticia
anoto dos o tres vocales respiratorias y húmedas
y solamente para los hombres de mi época
para la quemazón íntegramente viva.
Arrecifes mar arriba: nubes o mar grávido
¿no alcanza la estatua a llenar su vuelo?
¿no basta ser afuera del tiempo un rosal súbito para nadizar la ley del paredón?
¿no alcanza uno y otro cochino fusilado?
¿no basta el último cadáver pobre, pobre como todos los muertos
para decirnos, por favor, era necesario pero ya está bueno, ya está bueno
(por favor, por favor, ¡bast!) y
¿cuánta nada es necesaria para rellenar la nada?
(¡neike! ¡neike!)
Miguel, Federico, Julián, amigo, hermano
te asesinaron, te asesinaron
"Por mí, por mí, por mí"
"déjese aquí cuanto sea vileza
mátese acá cuando sea esperanza"
yo no hablo del pórtico del infierno o de los ángeles
yo no bla-bla-blabeo sobre la Introducción a ninguna economía
yo sólo sufro del otoño ciego (del frío ciego)
de la cicatriz abierta que une a todos los hombres
Mario Morales (Pehuajó, 1936-Buenos Aires, 1987), "La canción de la calle Grimau", La distancia infinita. Antología poética 1958-1983, selección y prólogo de María Julia de Ruschi, Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 2012
Foto: Víctor Redondo, Jorge Zunino y Mario Morales, 1982. La distancia infinita, pag. 38
No hay comentarios.:
Publicar un comentario