Canto II
I
Amé el gesto suave en los olores
de sus rostros
mi tarea delicada
inclinarme sobre el vacío
cada día
tomar las partículas doradas
del tejido de polvo elevándose
retener la vida.
II
Solían brotarnos imágenes de sales
que acallábamos con tierra
en la plegaria.
Tres eran los círculos. Uno solo el sueño.
En las noches nos habitábamos en él,
aferrados de las manos
en tríada sagrada.
III
Me enseñaron un lenguaje
de símbolos sutiles
que traspasó mi sangre.
Aprendí en la piel
sus miradas, sus respiros.
Seguimos el camino
de las salinas blancas y llanura
“tomen todo el aire para dibujar el cielo”
les dije, y respiramos.
IV
Tres éramos en uno
Uno vio volar los cuervos.
Marina Kohon (Mar del Plata, 1965), La Ruta del Marfil, Alción Editora, Córdoba, Argentina, 2012
Foto: Marina Kohon, en Facebook
Muchas gracias Jorge.
ResponderBorrarExcelente poema, Marina. Un beso.
ResponderBorrarExcelente Marina, un placer leerte.
ResponderBorrarHermoso poema Marina
ResponderBorrarMuchas gracias Olga y Pablo por la lectura y comentarios.
ResponderBorrarIndudable calidad literaria, esto es, digna de alabanza: el misterio que es la poesía...
ResponderBorrarSaludos.