Thurles
según Zbgniew Herbert
Una infancia demasiado aburrida para las palabras
se perdió sin un fragmento en ese pueblo.
Y, por eso, no he hablado de sus guturales;
de su cielo coherentemente empizarrado con nubarrones;
de sus tejados mohosos que contienen los excesos de la lluvia.
No obstante una casa me ampara.
Sé dónde se guarda el colador de los repollos
y el truco requerido para usar el abrelatas
y el tono exacto en el que la puerta de la cocina,
desgastada por un juego*, cruje:
cosas que no puedo describir en los términos del diccionario,
con palabras sin corazón que dejan de resonar.
Otras son suprimidas vergonzosa o dolorosamente
(todas las familias pasaron sus propios equivalentes
del Acta de Secretos Oficiales**).
No obstante allí todo se traduce en sentimiento:
los platos en los que los muertos comieron antes que nosotros,
las capas de empapelado que todavía imitan los recuerdos,
la rajadura en el mármol por mi culpa,
el jardín abovedado de rosas explorado hasta su última piedra.
De vuelta en la ciudad, recurro de nuevo a las palabras normales.
Incapaz de identificar las posesiones por sus nombres,
las llamo sólo por sus sobrenombres
—por sus marcas—
y nunca voy a descubrir sus nombres reales.
Notas del traductor:
* Se prefirió traducir simplemente por "juego" ya que no se encontró traducción exacta para "ring board", pasatiempo compuesto por una base de madera de la que parte un palo en el cual deben ser embocadas argollas que se arrojan desde una cierta distancia
** Acta que firman los funcionarios, por la que se comprometen a no divulgar información que obtienen en el trabajo.
Vidas breves
I
después de que la casa ha sido hurtada
los objetos privados manoseados
y una llamada telefónica formula un nueva amenaza
después de que el accidente de tu hijo afecte tus ventas arroje
que el análisis es positivo
y tus peores miedos sean confirmados otra vez
cómo pasarás el próximo día, el resto de tu vida
qué te mantendrá funcionando —cobardía, olvido o esperanza
qué es eso hacia lo que estás impelido
II
tantos sentimientos hirientes y deseos frustrados
y placeres con olor a tostadas y café
junto a fuegos vueltos ceniza
tantos segundos controlados para ser apenas
años y décadas de reafirmación, para ver
que toma una eternidad recobrarse de todos ellos
III
la calma entre tormentas
es el silencio en el cual
no se nombra a los muertos
hasta que los parientes son informados
IV
al final la muerte sólo atormenta a los huesos
Dennis O'Driscoll (Thurles, County Tipperary, Irlanda, 1954-Naas, Irlanda, 2012), Poesía irlandesa contemporánea, Libros de Tierra Firme, Buenos Aires, 1999
Traducciones de Jorge Fondebrider
Thurles
after Zbgniew Herbert
A childhood too boring for words/ is lost without a fragment in that
town./ And, so, I have held my tongue about its gutturals;/ its sky
slated consistently with cloud;/ its mossy roofs restraining excesses
of rain.// One house watches out for me, though/ I know where its
cabbage colander is kept/ and the special knack required to use its
tin-opener/ and the exact key in which the kitchen door,/ sucffed by a
ring-board, creaks:// things I cannot depict in dictionary terms,/
through heartless words that fail to resonate./ Others are suppressed
in embarrassment or pain/ (all families have passed their own
equivalents/ to the Official Secrets Act).// Yet everything there
translates into feeling:/ the plates the dead have eaten from before
us,/ the layers of wallpaper that still pattern memory,/ the hairline
crack in marble that was my fault,/ the rose-arched garden explored
down to its last stone.// Back in the city, I resort to standard words
again./ Unable to identify possessions by their first names,/ I call
them only by ther surnames/ — by their brand names —/ and will never
discover their real names.
Brief Lives
I
after the house has been pilfered/ the private things fingered/ and a
phone call poses a new threat// after your child's accident affects
your sales drive/ the smear test thurns out positive/ and your worst
fears are confirmed again// how should you spend the next day, the
rest of your life/ what keeps you going — cowardice, forgetfulness or
hope/ what is it you are impelled towards
II
so many hurt feelings and frustrated desires/ toast- and coffe-scented
pleasures also/ at fires grinding into muesli ash// so many seconds
harnessed to just being/ years and decades consolidating to
experience/ it takes an eternity to recover from them all
III
the calm between storms/ is the silence in which/ the dead are not
named/ until relatives are informed
IV
in the end death worries only bones
---
Foto: Dennis O'Driscoll por Boris Voglar en The Gallery Press
según Zbgniew Herbert
Una infancia demasiado aburrida para las palabras
se perdió sin un fragmento en ese pueblo.
Y, por eso, no he hablado de sus guturales;
de su cielo coherentemente empizarrado con nubarrones;
de sus tejados mohosos que contienen los excesos de la lluvia.
No obstante una casa me ampara.
Sé dónde se guarda el colador de los repollos
y el truco requerido para usar el abrelatas
y el tono exacto en el que la puerta de la cocina,
desgastada por un juego*, cruje:
cosas que no puedo describir en los términos del diccionario,
con palabras sin corazón que dejan de resonar.
Otras son suprimidas vergonzosa o dolorosamente
(todas las familias pasaron sus propios equivalentes
del Acta de Secretos Oficiales**).
No obstante allí todo se traduce en sentimiento:
los platos en los que los muertos comieron antes que nosotros,
las capas de empapelado que todavía imitan los recuerdos,
la rajadura en el mármol por mi culpa,
el jardín abovedado de rosas explorado hasta su última piedra.
De vuelta en la ciudad, recurro de nuevo a las palabras normales.
Incapaz de identificar las posesiones por sus nombres,
las llamo sólo por sus sobrenombres
—por sus marcas—
y nunca voy a descubrir sus nombres reales.
Notas del traductor:
* Se prefirió traducir simplemente por "juego" ya que no se encontró traducción exacta para "ring board", pasatiempo compuesto por una base de madera de la que parte un palo en el cual deben ser embocadas argollas que se arrojan desde una cierta distancia
** Acta que firman los funcionarios, por la que se comprometen a no divulgar información que obtienen en el trabajo.
Vidas breves
I
después de que la casa ha sido hurtada
los objetos privados manoseados
y una llamada telefónica formula un nueva amenaza
después de que el accidente de tu hijo afecte tus ventas arroje
que el análisis es positivo
y tus peores miedos sean confirmados otra vez
cómo pasarás el próximo día, el resto de tu vida
qué te mantendrá funcionando —cobardía, olvido o esperanza
qué es eso hacia lo que estás impelido
II
tantos sentimientos hirientes y deseos frustrados
y placeres con olor a tostadas y café
junto a fuegos vueltos ceniza
tantos segundos controlados para ser apenas
años y décadas de reafirmación, para ver
que toma una eternidad recobrarse de todos ellos
III
la calma entre tormentas
es el silencio en el cual
no se nombra a los muertos
hasta que los parientes son informados
IV
al final la muerte sólo atormenta a los huesos
Dennis O'Driscoll (Thurles, County Tipperary, Irlanda, 1954-Naas, Irlanda, 2012), Poesía irlandesa contemporánea, Libros de Tierra Firme, Buenos Aires, 1999
Traducciones de Jorge Fondebrider
Thurles
after Zbgniew Herbert
A childhood too boring for words/ is lost without a fragment in that
town./ And, so, I have held my tongue about its gutturals;/ its sky
slated consistently with cloud;/ its mossy roofs restraining excesses
of rain.// One house watches out for me, though/ I know where its
cabbage colander is kept/ and the special knack required to use its
tin-opener/ and the exact key in which the kitchen door,/ sucffed by a
ring-board, creaks:// things I cannot depict in dictionary terms,/
through heartless words that fail to resonate./ Others are suppressed
in embarrassment or pain/ (all families have passed their own
equivalents/ to the Official Secrets Act).// Yet everything there
translates into feeling:/ the plates the dead have eaten from before
us,/ the layers of wallpaper that still pattern memory,/ the hairline
crack in marble that was my fault,/ the rose-arched garden explored
down to its last stone.// Back in the city, I resort to standard words
again./ Unable to identify possessions by their first names,/ I call
them only by ther surnames/ — by their brand names —/ and will never
discover their real names.
Brief Lives
I
after the house has been pilfered/ the private things fingered/ and a
phone call poses a new threat// after your child's accident affects
your sales drive/ the smear test thurns out positive/ and your worst
fears are confirmed again// how should you spend the next day, the
rest of your life/ what keeps you going — cowardice, forgetfulness or
hope/ what is it you are impelled towards
II
so many hurt feelings and frustrated desires/ toast- and coffe-scented
pleasures also/ at fires grinding into muesli ash// so many seconds
harnessed to just being/ years and decades consolidating to
experience/ it takes an eternity to recover from them all
III
the calm between storms/ is the silence in which/ the dead are not
named/ until relatives are informed
IV
in the end death worries only bones
---
Foto: Dennis O'Driscoll por Boris Voglar en The Gallery Press
Proporcionado y bello a los sentidos, noble. Adjetivos de hermoso. Gracias a ambos Jorges.
ResponderBorrar