Casa del silencio
El sol de invierno, dorado y cansado,
se posa sobre el ejército irregular
de botellas. Fuera, los carros
se abren paso hacia el camino abierto,
fuera es sábado por la tarde
y jóvenes mujeres de negro pasan
tomadas del brazo. Este bar
es la casa del silencio, y brindamos
por el silencio sin levantar la voz,
a la vieja usanza. Brindamos por las puertas
que no se abren, por las cuatro paredes
que dosifican sus ojos, manos que se apresuran,
dedos de las manos que cuentan el cambio,
dedos de los pies que suman diez. Suspendida
como lo estamos nosotros entre nuestro quehacer
y nuestro descanso, sentimos la súbita paz
del vino y la aflicción del pan duro.
Colón partió de aquí hace treinta años
y nunca escribió a casa. En sábados
como éste, el teléfono todavía suena para él.
Philip Levine (Detroit, Michigan, Estados Unidos1928), Selected Poems, Atheneum, Nueva York, 1984.
Versión de Jonio González
House of Silence
The winter sun, golden and tired,
settles on the irregular army
of bottles. Outside the trucks
jostle toward the open road,
outside it's Saturday afternoon,
and young women in black pass by
arm in arm. This bar
is the house of silence, and we drink
to silence without raising our voices
in the old way. We drink to doors
that don't open, to the four walls
that dose their eyes, hands that run,
fingers that count change, toes
that add up to ten. Suspended
as we are between our business
and our rest, we feel the sudden peace
of wine and the agony of stale bread.
Columbus sailed from here 30 years ago
and never wrote home. On Saturdays
like this the phone still rings for him.
Ilustración: Quelli che vanno. Stati d'animo, 1911, Umberto Boccioni
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