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sábado, abril 02, 2011
Richard Gwyn / Espartanos
Espartanos
Vivir en la ciudad de Esparta era difícil. Abandonado recién nacido por una noche en la ladera de una colina, pronto aprendías lo que era bueno. Además había peleas que pelear, tierras que conquistar, saqueos y sometimientos que llevar a cabo. Dignidad y una tumba honorable. Y siempre esos corintios tramposos y esos atenienses superiores a quienes superar en lucha mortal y sin dejarles ni un pelo intacto. Lanzas que lustrar hasta que brillasen más que la luz de la luna, espadas que afilar hasta que el menor contacto partiese en dos al nervio. Si crecías sintiéndote flojo ante todos esos trabajos, todo ese clamor por sangre y muerte, y anhelabas apenas un asomo de misterio o ternura, estabas condenado a la burla y al insulto. En el patio de la escuela oía a los que iban a ser guerreros espartanos. Sus palabrotas incluso eran de pura sangre, mientras yo tenía la boca llena de bolitas.
Richard Gwyn (Gales, 1956), Sad Giraffe Café, Arc Publications, UK, 2010
Versión de Jorge Fondebrider
Spartans
In the city of Sparta the living was tough. Left out on a hillside as a newborn baby for a night, you soon learned what was what. Then there was fighting to be done, lands to conquer, pillaging and subjugation to carry out. Dignity and an honourable grave. And always those duplicitous Corinthians and superior Athenians to outdo in mortal conflict and in leaving not a hair unscathed. Spears to be polished until they outshone moonbeams, swords to sharpen till the faintest touch would bisect the strongest sinew. If you grew up feeling faint at all this hardship, all this clamouring for blood and death, and longed for just a hint of mistery or tenderness, you were doomed to mockery and insult. I heard them in the schoolyard, the would-be-Spartan warriors. Even their swearwords were thoroughbred, while my mouth was full of marbles.
Ilustración: Jóvenes espartanos, c.1860, Edgar Hilaire Degas
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