Discurso del ahorcado en el árbol del fondo
Lo que me molesta es lo de siempre,
el ruido del agua borboteando en su olla de hierro,
y hervir choclos todo el día,
como si fuese lo único que se puede hacer,
y zapallos y batatas.
Aunque los pájaros no picoteen los ojos de los ahorcados,
ella me descubrirá entre las ramas antes del mediodía
y cortará la soga con el mismo cuchillo con que corta los zapallos.
Galpón tiznado
En un galpón tiznado por el fuego
el niño de mameluco pone su mano al final de un rayo de sol
que entra por un agujero hecho con clavos
y mientras más avanza la mano, más se llena de sol como agua,
hasta subirse en una silla, asiento de cuero, puesta a propósito.
Y afuera hay una calle donde la gente habla,
pero él no ve nada porque el sol le da en todo el ojo.
Mario Romero (Las Cejas, Tucumán, 1943-San Miguel de Tucumán, 1998), La otra lanza, Editorial Siesta, Estocolmo, 1984
Foto: Romero, revista virtual El Alacrán Literario, 2008
Mario Romero es excelente, yo leí sus poemas en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, en 2003, fui representando a Tucumán.
ResponderBorrarMuy bueno el blog, los invito a que vean el mío:
http://alejandrogilpoet.blogspot.com/
las cosas buenas que me da internet, vale lo que pago...gracias
ResponderBorrarGracias! Candelaria Romero
ResponderBorrarDe nada, Candelaria, es lo mínimo
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