86
Estoy terminando; mírenme, estoy en cama,
nadie me ama, y el ama
de las llaves me viene a ver con grave
gesto; no dice nada; y a todo esto
yo estoy muriendo, no es más que esto,
yo lo sé, ella lo sabe.
Las erratas, Be-uve-dráis Editores, Santiago de Chile, 1999
87
Que le importan al muerto los escándalos
póstumos que le achacan. La desdicha
familiar del adúltero finado
finalizó con él, y hoy acechando
sus defectos y haciéndole una ficha
no lo hacen mucho más desesperado.
98
Siempre nos roban la belleza.
Sea el pasar del tiempo, sea
la muerte joven hurta-niñas
en su capullo de belleza.
Después de ruegos y de riñas
la rescatamos vieja y fea.
152
Me quedan pocos años, pocos días,
debo apurarme escribiendo con letra
caligráfica, clara, que perpetra
versos ineptos como estos, y guías
de santidad para perversos
y cada vez más versos, versos,
idiotas y prosaicos, brutos,
hasta que lleguen los días de luto.
166
Cae ceniza en el chaleco:
Prolegómenos de la muerte.
la defunción también se advierte
si derramamos caldo o leche.
Lo mismo ocurrirá cuando se me eche
por mal vestido, muy manchado, al hueco.
Cabeza de vaca, Be-uve-dráis Editores, Santiago de Chile, 2003
Armando Uribe Arce (Santiago de Chile, 1933-2020)
Foto: Armado Uribe Arce por Ricardo Cuadros, Santiago de Chile, 1998 Tipos Móviles, 27.1.2020
Act. ago. 2020
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