Devuélveme mi rosa
en su bata de casa,
con su cola de ojos,
que al abrirse se abrasan.
Devuélveme de brasa
mi corazón de tiza
y aquel perro de lava
que en Pompeya agoniza.
Devuélveme el despojo
del león que cazara
y la flor del abrojo
que mi abeja vejara.
Devuélveme, sombra africana,
el Nilo de ayer donde ahora
cunde en flor azul la semilla
que sembré (lo juro) mañana.
Hugo Padeletti (Alcorta, 1928), Canción de viejo, Interzona, Buenos Aires, 2003
Foto: Padeletti Centro Cultural de España en Buenos Aires
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