Athinulis come una bolita de comida.
Después se lame y se lame.
horas enteras dura esta historia:
empieza desde la nariz del cuello,
luego la espalda,
con todo detalle la cola,
después se echa patas al aire y lame su panza.
Cuando llega a las garras –sus armas-
ahí la cosa toma dimensiones increíbles,
¡cada una le toma diez minutos!
La afila mordiéndola,
luego lamiéndola,
y otra vez volviéndola a morder.
Para lo último deja siempre lo que no puede lamer: su carita.
Para eso se moja con saliva una patita
y dale y dale con ella se lava y se lava.
Cuando por fin termina,
toma la regia posición de un león abisinio,
esperando, uno diría, a que pase el gran desfile de su culto,
antes de ovillarse.
Rigas Kappatos (Cefalonia, 1934) – Enrique Lihn (Santiago de Chile, 1929-1988), Los poemas de Athinulis, Premia Editora, México, 1986
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Foto: Dalí Atomicus, Philippe Halsman, 1947. Colección de la familia Halsman. National Portrait Gallery, Londres
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