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miércoles, enero 07, 2009
Si lo que percibimos...
Metonimia como una aproximación a un mundo real
Si lo que percibimos de este mundo
es solo el qué del mundo, o el qué
de alguno de los muchos mundos posibles
—¿cuál qué?— algo de lo que percibimos
puede ser cierto, puede ser el mundo, como es, como lo sentimos.
Entonces, una tregua es posible, la tolerancia
de los viajeros, comer alimentos desconocidos, intentar palabras
que tergiversen la lengua, para sentir ése tiempo y lugar,
sin pensar que este es el mundo real.
Admitiendo, que todos los relojes marcan la hora local;
admitiendo, que ‘aquí’ es cualquier lugar al que nos atemos
y donde nos instalemos; admitiendo, creamos un mundo:
¿hay algo atrapado allí, contenido allí,
algo real, algo que podamos sentir?
Una vez sitiado y asentado en una ciudad, yo vi
la luz tendida en el profundo abismo de una calle,
palpable y difusa, como si hubiera ido a la deriva
por la vida, el mar, la pureza del espacio.
William Bronk (Nueva York, 1918-1999)
Versión de Silvia Camerotto
Metonymy as an Approach to a Real World
Whether what we sense of this world/is the what of this world only, or the what /of which of several possible worlds /—which what?—something of what we sense /may be true, may be the world, what it is, what we sense. /For the rest, a truce is possible, the tolerance /of travelers, eating foreign foods, trying words /that twist the tongue, to feel that time and place, /not thinking that this is the real world. //Conceded, that all the clocks tell local time; /conceded, that "here" is anywhere we bound /and fill a space; conceded, we make a world: /is something caught there, contained there, /something real, something which we can sense? /Once in a city blocked and filled, I saw /the light lie in the deep chasm of a street, /palpable and blue, as though it had drifted in /from say, the sea, a purity of space.
Famous poets and poets.com
Foto: American Poems
Las cosas existen porque las percibimos (Berkeley) o el mundo es lo que nosotros somos (Krishnamurti) podrían ser las premisas filosóficas de este poema que no conocía y que suena tan natural vertido a nuestra lengua por Camerotto. La metonimia en este caso, es el "yo" por el todo. Y con esas astillas, con esos fragmentos construimos nuestro mundo cada día. Yo, por ejemplo, creo que en este blog hay una chica que se llama Carol pero no sé si es real o la inventé. Y eso es lo bueno del texto: hacernos sentir que esa luz del final puede ser un remanso frente a lo que ya nadie sabe que es la realidad. Y la poesía, este poema particularmente, nos lleva a ese otro lugar, donde quisiéramos quedarnos.
ResponderBorrarY sin embargo, a mí me conmueve, más que todo ese perogrullo de lo real, lo que sentimos, lo que está o no está, etc., como cosa única o brillante del poema ese final: "Una vez sitiado y asentado en una ciudad, yo vi
ResponderBorrarla luz tendida en el profundo abismo de una calle,
palpable y difusa, como si hubiera ido a la deriva
por la vida, el mar, la pureza del espacio". Y también descarto el "profundo abismo" porque qué abismo no es profundo, pero en fin.