miércoles, diciembre 12, 2007

¿De dónde les venía a los griegos ese saber de los dioses, puesto que no conocían a ningún Moisés, a ningún Zoroastro?
Es que ellos también han recibido un anuncio que puede llamarse Revelación en el sentido más verdadero de la palabra; un anuncio divino como ningún otro pueblo recibió. No les fue anunciada la grandeza majestuosa de un Creador del mundo, de un Legislador, de un Salvador, sino de lo que es y que, tal como es, signifique alegría o dolor para el hombre, atestigua la presencia de lo divino y su bienaventurada majestad.
Esa iluminación les vino de una divinidad particular, la Musa -o las Musas, porque son una y varias. La Musa es una figura sin igual entre las que se han revelado a otros pueblos. Su nombre, el único nombre divino griego que ha entrado en todos los idiomas europeos, se ha consagrado de tal manera entre nosotros, con todas sus derivaciones ("música", etcétera), que corremos peligro de interpretarlo conforme a nuestros conceptos de lo estético y lo artístico. Nada podría ser más erróneo. La Musa es la diosa de la verdad en el sentido más elevado. Los rapsodas y poetas, los que hablan la verdad, se llaman a sí mismos sus "servidores", sus "secuaces" o "profetas" y le dedican su veneración piadosa y ritual. Píndaro incluso llama a la Musa su "madre". Aquellos inspirados son plenamente conscientes de que no pueden reivindicar para sí lo que nosotros llamamos tan soberbiamente fuerza creadora, sino que son simples oyentes, mientras que la diosa misma es la que canta. Nos lo dice el primer verso de la Ilíada: "¡Canta, oh diosa, la cólera del Pélida / Aquiles!".
(...)
Asi recibieron los griegos la buena nueva de lo divino, así la supieron: no como exigencia categórica ni como salvación terrenal o celestial, sino como lo eterno y beatífico que consuela y hace feliz, no por promesas, sino por el hecho de ser. Ese espíritu del canto les anuncia de qué índole son los dioses, porque el canto es, en el fondo, su voz.

Walter F. Otto (Hechingen, 1874-Tübingen, 1958), Teofanía. El espíritu de la antigua religión griega (trad. Juan Jorge Thomas). Sexto Piso, Madrid-México, 2007

3 comentarios:

  1. Lo desafío a un duelo en el "Age of Empires"
    jaja

    saludos jorge!

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  2. Perro, solo juego contra la máquina, porque soy pésimo perdedor
    y prefiero descargar mi irritación contra las computadoras
    Un abrazo!

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  3. Muy interesante... parece que está de moda el tema de los griegos en los blogs. Esta semana en un blog amigo, fui testigo de un verdadero debate entre eruditos anónimos que, entre escraches y defenzas a la herencia griega, dejaron relucir sus profundos conocimientos de griego y latín. Leerlo no tuvo desperdicio... "Los griegos son unos vagos" "“Laetare bonis rebus, invidi maerent” "sus escritos son producto de alucinaciones etílicas"... se pudo leer allí mismo. Con el tema de "la grecia etílica" el Homero de la Iliada devino a una versión no más respetable que Homero Simpson despues de tomarse su chevecha.
    En fin! cosas de los blogs! saludos

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