Estimado Jorge, la antología resultó estupenda. Creo que demuestra que hay gente en este “cibermedio” que, no sólo se apasiona por la buena poesía, sino que también discute y aporta. Como bien decís, se piensa también en los que quedaron afuera. Y por si alguna vez se edita la “edición corregida y aumentada”, pienso que no puede faltar Edgard Bayley, Tampoco Ricardo Molinari. Creo que este juego “adictivo”, es mucho más que un juego, es compromiso puro con la palabra, sea en el medio que sea.
MI AMADA ESTANQUE AZUL HUERTO CABELLOS
fulgurante viva fluvial origen buscada reencontrada como un islote un puente una manzana un tatuaje en la noche hendida en la marmita en la estrella marina en la mano párpado llamado reflejo de mi amada en forma de estanque azul de miel de estornino de gota de agua de cabellos regresamos una y otra vez al centro del fuego el dolor del huerto la distancia la desgarrada higuera y eternamente otra y eternamente igual en la corriente en el llanto salitre otoño alba rota soledad escondido silencio brisa furia años sombra desventurado niño simiente paredes de olvido lluvia y grito y casa roja estancia andenes te doblegas te curvas en tu fiebre antigua en tu costado los dos solos devorando toda noche toda celda súbito amanecer canal del sueño lengua que disuelvo en mi silencio en mis dos puertos tibio cuerpo llegada partida del mar polo irremediable y humedecido y nadando entre cataclismos y lámparas y brazos sin memoria sin nombre abiertos al dios que nos recrea en cada espasmo de labios azules de piedras azules en la nuca en la espuma en el purísimo rescoldo desciendo al día primero a la primera mañana al aviso inicial por tus ojos por tu boca por tu sexo penetro me despido pierdo altura razón vidamuerte te tomo me disuelvo y otra vez te amo nazco soy el día que cerca tus hojas un río una voz
EDGARD BAYLEY CASIDAS DONDE LA TARDE ES UN PÁJARO I Ellos dirán al verme tan solo: va como un río, sordo en su corriente, desatado. Ellos dirán que llevo la soledad parapetada por muchas lanzas, por el polvo, que tengo los ojos cerrados, irritados por la luz.
Ellos dirán: mañana volverá a su muerte, a ser rehén, campo mustio de amapolas, tristeza sombría.
Ellos dirán: al fin la espada de su voz descansa junto a su cuerpo arrastrado por la tierra.
II A mi lado va una mujer que lleva un angosto ramo de alhelíes, y el acero de sus carnes mojado por la aurora. Cargado de cadenas me ve el amanecer, con un jaguar que bebe mi sangre rodeado de arroyos.
La curva del río nos llama por nuestros nombres, y no sabemos nada, porque estamos en el sueño excedidos.
III ¡Oh, tú que te alimentas de mis pobres ojos y me dices: Siempre pensaré en ti, hasta que se seque mi piel al sol y mi lengua se destruya bajamente por la arena!
- Repítelo, quiero estar protegido, porque mi corazón se ha acostumbrado a la desdicha.
IV nadie te ha visto a mi lado como no se ve la savia de algunas flores; te cubres de mí, andas por dentro para vivir sin peligro, y el aliento de tu voz se mezcla con el mío, igual a dos hojas donde ha de brotar un narciso.
No pienso nada más que en ti, por eso busco la lluvia y las orillas de los ríos donde crece el azafrán.
4 de abril 1939
Huye el día, pero la noche te encuentra conmigo; veo llegar las lunas llenas; ya oigo el clamor del agua que empapa las lenguas ásperas de los venados y acosa las raíces del desierto.
Quisiera que me lamentaran como a un muerto, porque he sentido por mi piel correr a sangre de mis amigos. Qué me espera vivir, si ya no he de ver los pájaros volando por el cielo, ni deseo larga vida a las flores. Pero ¡ay! quisiera saber aún cómo duermes.
Hijo audáz de la llanura Y guardián de nuestro cielo, Que arrebatas en tu vuelo Cuanto empaña su hermosura: ¡Ven, y vierte tu frescura De mi patria en el ambiente! ¡Ven, y enérgico y valiente, Bate el polvo en el camino, Que hasta soy más argentino Cuando azotas en mi frente!
.:Poesías completas de Rafael Obligado, Segunda Edición 1957:.
Nunca pregunté el por qué de estas lecturas en mi infancia, mi papá me las recitaba con la guitarra, entre otros autores similares. Supongo que mis padres, al haber elegido la frontera para criarme, tenían la urgencia de que yo sepa a qué país pertenecía. Creo que lo lograron. Eso y esta peculiar sensación de extrañar lugares a los que uno nunca ha ido... más no sea por la magia de los versos que escuchaba de niña.
Estimado Jorge, la antología resultó estupenda. Creo que demuestra que hay gente en este “cibermedio” que, no sólo se apasiona por la buena poesía, sino que también discute y aporta. Como bien decís, se piensa también en los que quedaron afuera. Y por si alguna vez se edita la “edición corregida y aumentada”, pienso que no puede faltar Edgard Bayley, Tampoco Ricardo Molinari.
ResponderBorrarCreo que este juego “adictivo”, es mucho más que un juego, es compromiso puro con la palabra, sea en el medio que sea.
MI AMADA ESTANQUE AZUL HUERTO CABELLOS
fulgurante viva fluvial origen buscada reencontrada
como un islote un puente una manzana un tatuaje
en la noche hendida en la marmita en la estrella marina
en la mano párpado llamado reflejo de mi amada
en forma de estanque azul
de miel
de estornino
de gota de agua
de cabellos
regresamos una y otra vez al centro del fuego
el dolor
del huerto
la distancia la desgarrada higuera
y eternamente otra y eternamente igual
en la corriente en el llanto
salitre otoño alba rota soledad escondido silencio brisa furia
años sombra desventurado niño simiente
paredes de olvido lluvia y grito y casa
roja estancia andenes
te doblegas te curvas en tu fiebre antigua en tu costado
los dos solos devorando toda noche toda celda
súbito amanecer canal del sueño
lengua que disuelvo en mi silencio en mis dos puertos
tibio cuerpo llegada partida del mar polo irremediable
y humedecido y nadando entre cataclismos y lámparas y brazos
sin memoria sin nombre
abiertos al dios que nos recrea
en cada espasmo de labios azules de piedras azules
en la nuca en la espuma en el purísimo rescoldo
desciendo al día primero a la primera mañana al aviso inicial
por tus ojos por tu boca por tu sexo penetro me despido
pierdo altura razón vidamuerte te tomo me disuelvo
y otra vez te amo nazco soy el día que cerca tus hojas
un río una voz
EDGARD BAYLEY
CASIDAS DONDE LA TARDE ES UN PÁJARO
I
Ellos dirán al verme tan solo: va como un río, sordo en su corriente, desatado.
Ellos dirán que llevo la soledad parapetada por muchas lanzas, por el polvo,
que tengo los ojos cerrados, irritados por la luz.
Ellos dirán: mañana volverá a su muerte, a ser rehén, campo mustio de amapolas, tristeza sombría.
Ellos dirán: al fin la espada de su voz descansa junto a su cuerpo arrastrado por la tierra.
II
A mi lado va una mujer que lleva un angosto ramo de alhelíes, y el acero de sus carnes
mojado por la aurora.
Cargado de cadenas me ve el amanecer, con un jaguar que bebe mi sangre rodeado de
arroyos.
La curva del río nos llama por nuestros nombres, y no sabemos nada, porque estamos
en el sueño excedidos.
III
¡Oh, tú que te alimentas de mis pobres ojos y me dices: Siempre pensaré en ti,
hasta que se seque mi piel al sol y mi lengua se destruya bajamente por la arena!
- Repítelo, quiero estar protegido, porque mi corazón se ha acostumbrado a la desdicha.
IV
nadie te ha visto a mi lado como no se ve la savia de algunas flores;
te cubres de mí, andas por dentro para vivir sin peligro, y el aliento de tu voz se mezcla
con el mío, igual a dos hojas donde ha de brotar un narciso.
No pienso nada más que en ti, por eso busco la lluvia y las orillas de los ríos donde
crece el azafrán.
4 de abril 1939
Huye el día, pero la noche te encuentra conmigo;
veo llegar las lunas llenas; ya oigo el clamor del agua que empapa las lenguas ásperas
de los venados y acosa las raíces del desierto.
Quisiera que me lamentaran como a un muerto, porque he sentido por mi piel correr
a sangre de mis amigos.
Qué me espera vivir, si ya no he de ver los pájaros volando por el cielo, ni deseo larga
vida a las flores.
Pero ¡ay! quisiera saber aún cómo duermes.
RICARDO E. MOLINARI
"AL PAMPERO" de Rafael Obligado
ResponderBorrarHijo audáz de la llanura
Y guardián de nuestro cielo,
Que arrebatas en tu vuelo
Cuanto empaña su hermosura:
¡Ven, y vierte tu frescura
De mi patria en el ambiente!
¡Ven, y enérgico y valiente,
Bate el polvo en el camino,
Que hasta soy más argentino
Cuando azotas en mi frente!
.:Poesías completas de Rafael Obligado, Segunda Edición 1957:.
Nunca pregunté el por qué de estas lecturas en mi infancia, mi papá me las recitaba con la guitarra, entre otros autores similares.
Supongo que mis padres, al haber elegido la frontera para criarme, tenían la urgencia de que yo sepa a qué país pertenecía. Creo que lo lograron. Eso y esta peculiar sensación de extrañar lugares a los que uno nunca ha ido... más no sea por la magia de los versos que escuchaba de niña.
Gracias Jorge por permitirme publicar este poema.