La más sabia de todas las sabidurías reside en la actitud
Un profesor de filosofía acudió a la casa del señor Keuner para mostrarle su saber. Pasado un rato, el señor K. le dijo: -Estás sentado de una manera incómoda, hablas incómodamente, piensas incómodamente. Encrespado, el profesor de filosofía respondió: -No se refería a mí lo que quería saber, sino al contenido de lo que estaba diciendo. No tiene ningún sentido -dijo el señor Keuner-. Andas con torpeza y no he visto que tus pasos condujeran a ninguna parte. Hablas de manera oscura y tu conversación no ha arrojado ninguna luz. Basta con ver tu actitud para perder las ganas de conocer tu objetivo.
Bertold Brecht. Historias del señor Keuner. Barral Editores, 1974
Un profesor de filosofía acudió a la casa del señor Keuner para mostrarle su saber. Pasado un rato, el señor K. le dijo: -Estás sentado de una manera incómoda, hablas incómodamente, piensas incómodamente. Encrespado, el profesor de filosofía respondió: -No se refería a mí lo que quería saber, sino al contenido de lo que estaba diciendo. No tiene ningún sentido -dijo el señor Keuner-. Andas con torpeza y no he visto que tus pasos condujeran a ninguna parte. Hablas de manera oscura y tu conversación no ha arrojado ninguna luz. Basta con ver tu actitud para perder las ganas de conocer tu objetivo.
Bertold Brecht. Historias del señor Keuner. Barral Editores, 1974
Comparto, Aulicino. Es más, creo que la forma es el contenido. Pero sólo es posible verlo si uno sabe mirar. Ése es el problema que tenemos las "mujeres interesantes" frente a las "rubias tontas", que nos vienen ganando por paliza.
ResponderBorrar"Es más, creo que la forma es el contenido. Pero sólo es posible verlo si uno sabe mirar", dice Anónimo.
ResponderBorrarSonamo, sopa, dijo el señor K. Claro como la sopa.
También el tono influye (¿es parte de la actitud?). Cuando decimos un piropo y nos sale una puteada, o viceversa, algo así.
Debo suponer que el tono influye, si tomamos a BB literalmente. creo que por la negativa BB trata de establecer que la actitud y el contenido deben corresponderse; que poner en acto significa lo mismo que se quiere significar; el nominalista K es el nominalista B. El profesor debió responder que su actitud coincidía excatamente con el contenido de su discurso y que K le pide en realidad que sea claro para exponer su oscuridad. Un principio pedagógico. Por lo menos, así lo veo yo (Nimo dixit)
ResponderBorrarPara mí que las rubias tontas ganan por afano porque sólo ofrecen lo que tienen, y eso es bastante para los iluminados, los inteligentes y los bobos... Pero he visto gitanos felices. O sea: inteligencia y belleza, o bien la belleza de la inteligencia, o bien la inteligencia de la belleza.
ResponderBorrar¡ídolo, pirata del caribe! (iba a poner muchos signos de admiración pero en este blog no se lleva.)
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