También nosotros conocimos las doradas horas
También nosotros conocimos las doradas horas
en las que cuerpo y alma estaban en armonía,
también nosotros danzamos con los que verdaderamente amábamos
a la luz de la luna llena,
y compartimos la mesa de los sabios y los buenos
mientras las lenguas se soltaban, con ingenio y alegría,
gozando de un noble plato
ideado por Escoffier;
también nosotros sentimos la entrometida gloria
para la cual las lágrimas reservan un lugar aparte,
y en consonancia con el gran estilo de los tiempos idos
cantamos con resonante corazón.
Pero manoseados y criticados
por la promiscua multitud,
fraguados por los editores
en los hechizos para dejar perpleja a la plebe,
las palabras como Amor y Paz,
todo discurso afirmativo y sano,
han sido ensuciados, profanados, degradados
en un horrendo y mecánico chirrido.
Ningún estilo decente ha sobrevivido
a ese pandemonio,
excepto el retorcido, el sotto voce,
irónico y monocromo.
Y ¿dónde hallar refugio
para la alegría o el simple contento
cuando tan poco ha quedado en pie,
salvo el suburbio del disenso?
1950
W.H. Auden (York, 1907-Viena, 1973), Rolando Costa Picazo, W.H. Auden: Los Estados Unidos, y después. Poesía selecta, 1939-1973, Ediciones Activo Puente, Buenos Aires, 2009
We Too Had Known Golden Hours
We, too, had known golden hours / When body and soul were in tune, / Had danced with our true loves / By the light of a full moon, / And sat with the wise and good / As tongues grew witty and gay / Over some noble dish / Out of Escoffier; / Had felt the intrusive glory / Which tears reserve apart, / And would in the old grand manner / Have sung from a resonant heart. / But, pawed-at and gossiped-over / By the promiscuous crowd, / Concocted by editors / Into spells to befuddle the crowd, / All words like Peace and Love, / All sane affirmative speech, / Had been soiled, profaned, debased / To a horrid mechanical screech. / No civil style survived / That pandemónium / But the wry, the sotto-voce, / Ironic and monochrome: / And where should we find shelter / For joy or mere content / When little was left standing / But the suburb of dissent?
---
Foto: The house and the end of world, 2005, (Vogue Italia), David Lachapelle
También nosotros conocimos las doradas horas
en las que cuerpo y alma estaban en armonía,
también nosotros danzamos con los que verdaderamente amábamos
a la luz de la luna llena,
y compartimos la mesa de los sabios y los buenos
mientras las lenguas se soltaban, con ingenio y alegría,
gozando de un noble plato
ideado por Escoffier;
también nosotros sentimos la entrometida gloria
para la cual las lágrimas reservan un lugar aparte,
y en consonancia con el gran estilo de los tiempos idos
cantamos con resonante corazón.
Pero manoseados y criticados
por la promiscua multitud,
fraguados por los editores
en los hechizos para dejar perpleja a la plebe,
las palabras como Amor y Paz,
todo discurso afirmativo y sano,
han sido ensuciados, profanados, degradados
en un horrendo y mecánico chirrido.
Ningún estilo decente ha sobrevivido
a ese pandemonio,
excepto el retorcido, el sotto voce,
irónico y monocromo.
Y ¿dónde hallar refugio
para la alegría o el simple contento
cuando tan poco ha quedado en pie,
salvo el suburbio del disenso?
1950
W.H. Auden (York, 1907-Viena, 1973), Rolando Costa Picazo, W.H. Auden: Los Estados Unidos, y después. Poesía selecta, 1939-1973, Ediciones Activo Puente, Buenos Aires, 2009
We Too Had Known Golden Hours
We, too, had known golden hours / When body and soul were in tune, / Had danced with our true loves / By the light of a full moon, / And sat with the wise and good / As tongues grew witty and gay / Over some noble dish / Out of Escoffier; / Had felt the intrusive glory / Which tears reserve apart, / And would in the old grand manner / Have sung from a resonant heart. / But, pawed-at and gossiped-over / By the promiscuous crowd, / Concocted by editors / Into spells to befuddle the crowd, / All words like Peace and Love, / All sane affirmative speech, / Had been soiled, profaned, debased / To a horrid mechanical screech. / No civil style survived / That pandemónium / But the wry, the sotto-voce, / Ironic and monochrome: / And where should we find shelter / For joy or mere content / When little was left standing / But the suburb of dissent?
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Foto: The house and the end of world, 2005, (Vogue Italia), David Lachapelle
¡Qué buen poema!
ResponderBorrar¿aquí: 'una ruta escarchada / un auto
ResponderBorrarbajo las tipas / los rayos de sol
de invierno / la rueda en la banquina
y la palabra humo?
Dígale a Auden que no lloriquee; culo en silla y a mirar para otro lado. ¿Refugio? Y sí, que vaya al bosque o a la iglesia. Tu much explícita la queja. Bah, mire quién habla. Gracias, Irene
ResponderBorrarTambién le puedo decir que se vaya a los arrabales del disenso.
ResponderBorrarY sí; en todo caso, Frost dixit, que tome el camino menos transitado. Salud, Irene
ResponderBorrarEs el que toma.
ResponderBorrarSalud