Lucrecio, III, 1053-1076
Baudelaire sabía cómo era aquello,
Las teclas ardientes de la máquina de escribir,
Los pinceles del tamaño de una yarda,
La pintura mezclada con goma de mascar.
Yo escribo cartas pero no las envío
Y no dejo de soñar con el fin de la pobreza;
Realizo un increíble montón
De malos bocetos; releo las grandes
Obras maestras; repaso mi
Griego y mi chino, y descubro
Que he perdido el vocabulario;
Me tomo el pulso, emprendo caminatas
Y regreso a mi hogar; mi mente está aguda
Y clara, como la de los deipnosofistas.
Jean Jaques. Amiel, Bashkirtsev,
Es posible producir
Una ontología muy influyente
Con semejantes materiales, de garantizada
Procedencia ecuménica.
Porsh y Garden actualizados,
Kiekegaard y Sacher Masoch,
“Uno siente como un hombre
de cara a su ejecución”. Niebuhr
descubrió que cada uno,
al igual que Wanda,
es su propia guillotina.
El protestantismo liberal
Marcha al fin a su remoto hogar,
A sólo unas cuantas horas
Del sistema capitalista.
Die Ausrottung der Besten.
Piensa en todos esos promotores
De los surrealistas que sienten así
Todo el tiempo. De hecho,
Prácticamente cada mujer,
Con una renta, lo hace en nuestro medio-
“Bajo la gélida luna de otoño
muere la cigarra en su caparazón.”
Aún en la cárcel Mirabeau
Encontró trabajo para manos ociosas.
La regla de San Benedicto
Es muy explícita acerca
De la mortífera enfermedad
De mediodía.
Una de las ventajas
De ser instruido es que
No hay aprieto en el que no puedas meterte
Y para el cual no encuentres compañía
Incluso, si tus consejeros
No se consideran muy útiles.
Kenneth Rexroth (South Bend, Indiana, 1905-Montecito, California, 1982), La señal de todas las cosas. Antología poética. Selección, traducción, notas y comentarios de Marcelo Pellegrini y Armando Roa Vial. Editorial Universitaria, Santiago de Chile, 2004
Ilustración: Representación de aire, tierra y agua, en referencia a De rerum natura, de Lucrecio, en el Ara Pacis Agustae (altar de la paz de Augusto), siglo I, Roma
Baudelaire sabía cómo era aquello,
Las teclas ardientes de la máquina de escribir,
Los pinceles del tamaño de una yarda,
La pintura mezclada con goma de mascar.
Yo escribo cartas pero no las envío
Y no dejo de soñar con el fin de la pobreza;
Realizo un increíble montón
De malos bocetos; releo las grandes
Obras maestras; repaso mi
Griego y mi chino, y descubro
Que he perdido el vocabulario;
Me tomo el pulso, emprendo caminatas
Y regreso a mi hogar; mi mente está aguda
Y clara, como la de los deipnosofistas.
Jean Jaques. Amiel, Bashkirtsev,
Es posible producir
Una ontología muy influyente
Con semejantes materiales, de garantizada
Procedencia ecuménica.
Porsh y Garden actualizados,
Kiekegaard y Sacher Masoch,
“Uno siente como un hombre
de cara a su ejecución”. Niebuhr
descubrió que cada uno,
al igual que Wanda,
es su propia guillotina.
El protestantismo liberal
Marcha al fin a su remoto hogar,
A sólo unas cuantas horas
Del sistema capitalista.
Die Ausrottung der Besten.
Piensa en todos esos promotores
De los surrealistas que sienten así
Todo el tiempo. De hecho,
Prácticamente cada mujer,
Con una renta, lo hace en nuestro medio-
“Bajo la gélida luna de otoño
muere la cigarra en su caparazón.”
Aún en la cárcel Mirabeau
Encontró trabajo para manos ociosas.
La regla de San Benedicto
Es muy explícita acerca
De la mortífera enfermedad
De mediodía.
Una de las ventajas
De ser instruido es que
No hay aprieto en el que no puedas meterte
Y para el cual no encuentres compañía
Incluso, si tus consejeros
No se consideran muy útiles.
Kenneth Rexroth (South Bend, Indiana, 1905-Montecito, California, 1982), La señal de todas las cosas. Antología poética. Selección, traducción, notas y comentarios de Marcelo Pellegrini y Armando Roa Vial. Editorial Universitaria, Santiago de Chile, 2004
Ilustración: Representación de aire, tierra y agua, en referencia a De rerum natura, de Lucrecio, en el Ara Pacis Agustae (altar de la paz de Augusto), siglo I, Roma
Me dejó pensando este. El título me deja pensando. Seriamente me deja pensando. Muchas gracias
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