miércoles, junio 30, 2010

T. S. Eliot / Animula

















"Brota de la mano de Dios el alma simple"
hacia un mundo chato de luces cambiantes y de ruido,
hacia la luz, la oscuridad, lo seco y lo húmedo, lo frío o lo caliente;
moviéndose entre patas de mesas y de sillas,
levantándose o cayéndose, tendiendo la mano hacia besos y juguetes,
avanzando audazmente, pronta a alarmarse,
refugiándose en el ángulo del codo y la rodilla,
ansiosa de ser calmada, complaciéndose
en el fragante esplendor del árbol de Navidad,
en el viento, el sol y el mar;
estudia el soleado diseño del piso
y los siervos corriendo en torno de una bandeja de plata;
confunde lo real y lo fantástico,
contenta con naipes y reyes y reinas,
con lo que hacen las hadas y dicen los sirvientes.
La pesada carga del alma que crece
desconcierta y agravia más de día en día;
de semana en semana desconcierta y agravia más
con los imperativos del "es y parece",
del se debe y no se debe, del deseo y la censura.
El dolor de vivir y la droga de los sueños
acurrucan el alma pequeña en el asiento adosado a la ventana
tras la Enciclopedia Británica.
Brota de la mano del tiempo el alma simple
indecisa y egoísta, deforme, tullida;
incapaz de avanzar o retirarse,
teniendo la cálida realidad, el bien ofrecido,
negando la porfía de la sangre,
sombra de sus propias sombras, espectro de su propia tiniebla,
dejando papeles desordenados en un cuarto polvoriento;
viviendo por primera vez el silencio después del Viático.

Rogad por Gutiérrez, ávido de velocidad y poder,
por Boudin, despedazado,
por el que amasó una gran fortuna,
y el que hizo lo que le dio la gana.
Rogad por Floret, destrozado por el mastín entre los tejos,
rogad por nosotros ahora y en la hora de nuestro nacimiento.

[Ariel Poems, 1927]

T. S. Eliot (St. Louis, 1888-Londres, 1965), Retrato de una dama y otros poemas. Versión y notas de Alberto Girri y Enrique Pezzoni, Ediciones Corregidor, Buenos Aires, 1983

De la nota de Girri y Pezzoni: El verso famoso del emperador Adriano: O Animula vagula, blandula es, obviamente, el origen del título, pero el texto se inspira sin disimulo en Dante: Esce di mano a lui che la vagheggia / prima che sia, a guisa di fanciulla / che piangiendo e ridendo pargolleggia, // l'anima semplicetta che sa nulla (Purgatorio XVI: 85-88)*

* Sale de la mano de aquel que la contempla / antes que sea, como muchacha / que llorando y riendo balbucea, // el alma simplísima que no sabe nada (N. del Ad.)

Animula
'Issues from the hand of God, the simple soul' / To a flat world of changing lights and noise, / To light, dark, dry or damp, chilly or warm; / Moving between the legs of tables and of chairs, / Rising or falling, grasping at kisses and toys, / Advancing boldly, sudden to take alarm, / Retreating to the corner of arm and knee, / Eager to be reassured, taking pleasure / In the fragrant brilliance of the Christmas tree, / Pleasure in the wind, the sunlight and the sea; / Studies the sunlit pattern on the floor / And running stags around a silver tray; / Confounds the actual and the fanciful, / Content with playing-cards and kings and queens,/ What the fairies do and what the servants say. / The heavy burden of the growing soul / Perplexes and offends more, day by day; / Week by week, offends and perplexes more / With the imperatives of 'is and seems' / And may and may not, desire and control. / / The pain of living and the drug of dreams / Curl up the small soul in the window seat / Behind the
Encyclopædia Britannica. / Issues from the hand of time the simple soul / Irresolute and selfish, misshapen, lame, / Unable to fare forward or retreat, / Fearing the warm reality, the offered good, / Denying the importunity of the blood, / Shadow of its own shadows, spectre in its own gloom, / Leaving disordered papers in a dusty room; / Living first in the silence after the viaticum. / / Pray for Guiterriez, avid of speed and power, / For Boudin, blown to pieces, / For this one who made a great fortune, / And that one who went his own way. / Pray for Floret, by the boarhound slain between the yew trees, / Pray for us now and at the hour of our birth.

Foto: Keystone Pictures/Poetry Foundation

martes, junio 29, 2010

Juana Bignozzi / Después de décadas vos me anunciarás la muerte



Después de décadas vos me anunciarás la muerte

el día que dejes de hablarme de manera irónica
seca y un poco desatendida
sabré que me estoy muriendo
el día que dejes de decirme
por favor se habla con el subjuntivo lo has olvidado
no se viste uno con flores y rayas
no se sale así a la calle
ese día seré conmovedora
digna de piedad
y toda forma de felicidad habrá desaparecido
el día que me disculpes cualquier
cosa que diga
sabré que ha llegado el final

Juana Bignozzi (Buenos Aires, 1937-2015), Si alguien tiene que ser después, inédito

lunes, junio 28, 2010

Eugenio Montale / Dos poemas




Hoy está de moda

Todos los días hay una revolución
de estaciones, de pueblos, de ideas.
Sine die es aplazada toda decisión.
Nada es ya estable, sino alguna canción
repetida bajo todas las banderas.
Cuánto se salvará de este temporal
no se sabe. Tal vez después de tanto derroche
incluso la palabra terminará en una zanja.
Nos queda la esperanza de que algún
anacoreta destile resinas doradas
de los troncos putrefactos del saber.


Incertezas

En la elección del mes más adecuado
para largos viajes imaginarios, nos demoramos
entre mayo, a salvo del comienzo del verano,
y setiembre, que no es desesperado
pero tampoco alegre. Abril se lo dejamos
a otros examinadores. Fuimos de la opinión
de omitir los meses muertos en la morsa del hielo.
Así el tiempo inexorable transcurre
y de improviso, de un salto, se detiene.

Eugenio Montale (Génova, 1896-Milán, 1981), Diario postumo (1969-1979), Mondadori, Milán, 1996
Versiones de J. Aulicino


Oggi è di moda
Ogni giorno, c'è una rivoluzione / di stagioni, di popoli, di idee. / Sine die è rimandata ogni decisione. / Nulla è più stabile, se non qualche canzone / ripetuta sotto tutte le bandiere. / Quanto si salverà, da questo nubifragio, / non si sa. Forse dopo tanto spreco / anche la parola finirà in un botro. / A noi rimane la speranza che qualche / anacoreta distilli resine dorate / dai tronchi marcescenti del sapere.

Incertezze
Nella scelta del mese più adatto / a lunghi viaggi immaginari, indugiavamo / tra maggio salvato dall'arrivo dell'estate / e settembre che non è disperato, / ma neppur lieto. Aprile lo lasciammo / ad altri recensori. Fummo dell'opinione / di trascurare i mesi uccisi dalla morsa del gelo. / Così il tempo inesorabile scorre / e improvisso, d'un balzo, s'arresta.


---
Ilustración: Flag (detalle), 1955, Jasper Johns

domingo, junio 27, 2010

Mario Luzi / Despertar




Diana, despertar

El viento libre luce entre los humos
de la llanura, el monte ríe raro
iluminándose, surgen relumbres
del agua, ¿hay mensaje más caro?

Hora es de levantarse, de vivir
puramente. Ya vuela en los espejos
un sonreir, un temblor en los vidrios,
vuelve un sonido a confundir los oídos.

Y tú acudes alegre y contradices
de inmediato a la muerte. Así cuando
se abre una puerta desbordan felices
los colores, la sombra va de vuelta

a disolverse. Nacen rientes imágenes,
en la sangre se filtra, ciego vuelve,
el espíritu del sol, nos llevan céfiros
consigo: a existir, a extinguirse en un día.

Mario Luzi (Florencia, 1914-2005)
Versión de Rodolfo Alonso

Foto: Corriere della Sera

Diana, risveglio
Il vento sparso luccica tra i fumi / della pianura, il monte ride raro / illuminadosi, escono barlumi / dall’acqua, quale messaggio più caro? // È tempo di levarsi su, di vivere / puramente. Ecco vola negli specchi / un sorriso, sui vetri aperti un brivido, / torna un suono a confondere gli orecchi. // E tu ilare acorri e contraddici / in un tratto la morte. Cosí quando / s’apre una porta irrompono felici / i colori, esce il buio di rimando // a dissolversi. Nascono liete immagini, / filtra nel sangue, cieco nel ritorno, / lo spirito ldel sole, aure ci traggono / con sé: a esistere, a estiguerci in un giorno.

Pier Paolo Pasolini / A Luzi


A Luzi

Estos siervos (ni siquiera pagados) que te rodean,
¿quiénes son? ¿A qué verdadera necesidad responden?
Tú callas, tras ellos, con cara de quien hace poesía:
Pero ellos no son tus apóstoles, son tus espías.

Pier Paolo Pasolini (Boloña, 1922-Ostia, 1975)
Versión de Carlos Vitale en Via Sole


A Luzi

Questi servi (neanche pagati) che te circondano,
chi sono? A che vera necessità rispondono?
Tu taci, dietro a loro, con la faccia di chi fa poesie:
ma essi non sono i tuoi apostoli, sono le tue spie.

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Ilustración: Pintura andalusí, siglo XIII

sábado, junio 26, 2010

Jude Nutter / Bajos de la tierra





Ars poética

Como si eso pudiera salvar mi vida. Y podría.
Por los muertos dentro de los bajos de la tierra.
Por los muertos desechados en cascadas y los chales de ceniza.
Sobre campos y grandes masas de agua. O descansando
en un estante dentro del capullo de una urna.

Por aquellos menos ceniza que pequeños fragmentos de hueso.
Por aquellos no encontrados.
Por aquellos no nacidos aún, en reposo
en el bolsillo más profundo de la imaginación con las inocuas,
desencordadas vértebras de los dioses. Esperando

los apetitos y los errores de los vivos
para darles forma. Y lo mismo para los vivos.
Por los vivos. Por nosotros. Con nuestros muertos y nuestras deidades. Por nosotros,
con nuestros labios contra las diminutas lápidas que hacemos cada vez
que juntamos nuestras manos en oración.

Jude Nutter (North Yorkshire, Inglaterra, vive en los Estados Unidos desde 1980), The Curator of silence, University of Notre Dame Press, 2006
Versión de Silvia Camerotto

Ars Poetica
As if it could save my life. And it might. /For the dead inside the hem of the earth./For the dead dismissed in cascades and scarves of ash. /Over fields and great bodies water. Or resting /On a shelf inside the bud of an urn.//For those less ash than nuggets and snippets of bone./For those not found. /For those not yet born, at rest/in the imagination’s deepest pocket with the harmless, /unstrung vertebrae of the gods. Waiting //for the lusts and the mistakes of the living /to give them form. And so to the living. /For the living. For us. With our dead and our deities. For us, /with our lips against the tiny headstones we make each time /we put our soft hands together in prayer.


Foto: Vista aérea del cementario de Bristol, Inglaterra Stefan Wermuth/Reuters/Wall Street Journal

Nikolai Gumiliov / Odiseos




Modernidad

Cerré la Ilíada y me senté frente a la ventana,
aún temblaba la última palabra entre mis labios.
A lo lejos algo brillaba, un farol o la luna,
y la sombra de un guardia se movía despacio.

Cuántas veces miré con gesto desafiante
y cuántas miradas recibí en respuesta…
Multitud de odiseos en los barcos mercantes
y agamenones entre la penumbra de las tabernas.

En la Siberia lejana donde llora la ventisca,
se congelan los mamuts entre hielos de plata,
y su tristeza silenciosa estremece las nieves,
y su sangre roja encendía los horizontes.

Me entristece este libro y me desvanece la luna,
quizá, realmente, no necesito ningún héroe.
Bajan por la alameda, con dulzura extraña,
un estudiante y una gimnasta, como Dafnis y Cloe.

Nikolai Gumiliov (Kronstadt, Rusia, 1896 - San Petersburgo, Rusia, 1921)
Versión de Natalia Litvinova

Noticia: Con Anna Ajmátova y Ósip Mandelshtam, Gumiliov fue responsable del acmeísmo (del griego acmé, cima: figuradamente, punto de mayor intensidad), movimiento que postuló una poesía de imágenes concretas y que giró en torno al Gremio de Escritores y la revista Apollon, en oposición al simbolismo francés y en sintonía con el imagismo creado por Ezra Pound en Londres por aquellos años (comienzos de la segunda década del siglo XX). Gumiliov participó de la Primera Guerra Mundial y no ocultó su oposición al gobierno soviético. Fue fusilado por supuesta conspiración para un golpe de Estado.

Современность

Я закрыл Илиаду и сел у окна,
На губах трепетало последнее слово,
Что-то ярко светило — фонарь иль луна,
И медлительно двигалась тень часового.

Я так часто бросал испытующий взор
И так много встречал отвечающих взоров,
Одиссеев во мгле пароходных контор,
Агамемнонов между трактирных маркеров.

Так, в далекой Сибири, где плачет пурга,
Застывают в серебряных льдах мастодонты,
Их глухая тоска там колышет снега,
Красной кровью — ведь их — зажжены горизонты.

Я печален от книги, томлюсь от луны,
Может быть, мне совсем и не надо героя,
Вот идут по аллее, так странно нежны,
Гимназист с гимназисткой, как Дафнис и Хлоя.


Foto: Gumiliov, Zinovy Grzhebin y Alexander Blok, 1919 RIA-Novosti

viernes, junio 25, 2010

Mario Battistella / Vos que fuiste...




No aflojés
[Tango]

Vos, que fuiste de todos el más púa,
batí con qué ganzúa
piantaron tus hazañas...
Por tu ausencia en las borracherías
cambió la estantería
el gusto de las cañas...
Compadrito de aquellos tiempos,
soy el tango hecho lamento,
corro parejo con tu pintón,
¡sufro tu misma emoción!

Vos fuiste el rey del bailongo
en lo de Laura y la Vasca...
¡Había que ver las churrascas
cómo soñaban tras tuyo!
¡Alzaba cada murmullo
tu taconear compadrón
que era como flor de yuyo
que embrujaba el corazón!

Maula el tiempo te basureó de asalto
al revocar de asfalto
las calles de tu barrio...
No es que quiera tomarlo tan a pecho
¡pero es que no hay derecho
que hoy talle tanto otario!
Macho lindo de aquel pasado,
te saludo desconsolado,
porque en tu reino sentimental
vuelco la esquina final.

[1933]

Mario Battistella (Monforte, Italia, 1893-Buenos Aires, 1968)

Ilustración: Compadrito, Pedro Figari

jueves, junio 24, 2010

Ezra Pound / Canto III


Canto III

Me senté en los escalones de la Dogana
porque las góndolas estaban caras, ese año,
y no había de “esas minas”, sólo había una cara,
y el Buccentoro a unos veinte metros, gritando “Stretti”,
las vigas iluminadas, ese año, en el Morosini,
y los pavos reales en la casa de Core, o al menos deberían.
Flotan dioses en el aire azur,
dioses brillantes y toscanos, de vuelta antes que el rocío se derrame.
Luz: y la primera luz, antes de que el mínimo rocío haya caído.
Paniscos, y de los robles, dríadas,
y de los manzaneros, melíades,
por todo el bosque y las hojas, lleno de voces,
un susurro, y las nubes combadas sobre el lago,
y hay dioses sobre ellas,
y en el agua, los almendrados nadadores blancos,
el agua plateada esmalta el pezón duro,
como Poggio lo remarcó.
Venas verdes en el turquesa,
o, las escaleras grises que trepan bajo los cedros.

Mío Cid por Burgos entróve,
hasta la puorta tachonada entre dos torres,
golpeó con el traste de su lanza, y una niña salió,
una niña de neuf años,
a ojo se parava sobre la puorta, entre dos torres,
leyó estonz el decreto, voce tinnula:
Non omne fablar osare, alimentar, ayudar a Roy Díaz,
so penna de tener el coraçon uera, clavadno en la pirca,
e aun demás los ojos fuera de las caras, e perdieres averes e casas,
“E hi, Mío Cid, esta es la seellada,
seellada fiertemiente la carta”
Y se fue por Bívar, Mío Cid,
sin halcones en las varas,
e sin ropas en las alforjas,
y dexo sus arcas con Raquel y Vidas,
grand caxas de arena, con los prestamistas,
para pagar sus omnes de armas,
e hizo camino hacia Valencia.
Ignez da Castro asesinada, y acá
una pared ruinosa, y acá fecha para mantenerse.
Sombrío desperdicio, pigmentos que se descascaran de la piedra,
o escamas de yeso, Mantegna pintó la pared.
Andrajos de seda, “Nec Spe Nec Meto.”

Ezra Pound (Hailey, EE UU, 1885-Venecia, Italia, 1972), The Cantos, A New Directions, Nueva York, 1993
Versión de Matías Heer

Canto III
I sat on the Dogana's steps / For the gondolas cost too much, that year, / And there were not "those girls", there was one face, / And the Buccentoro twenty yards off, howling "Stretti", / And the lit cross-beams, that year, in the Morosini, / And peacocks in Kore's house, or there may have been. / Gods float in the azure air, / Bright gods and Tuscan, back before dew was shed. / Light: and the first light, before ever dew was fallen. / Panisks, and from the oak, dryas, / And from the apple, maelid, / Through all the wood, and the leaves are full of voices, / A-whisper, and the clouds bowe over the lake, / And there are gods upon them, / And in the water, the almond-white swimmers, / The silvery water glazes the upturned nipple, / As Poggio has remarked. / Green veins in the turquoise, / Or, the gray steps lead up under the cedars. // My Cid rode up to Burgos, / Up to the studded gate between two towers, / Beat with his lance butt, and the child came out, / Una nina de nueve anos, / To the little gallery over the gate, between the towers, / Reading the writ, voce tinnula: / That no man speak to, feed, help Ruy Diaz, / On pain to have his heart out, set on a pike spike / And both his eyes torn out, and all his goods sequestered, / "And here, Myo Cid, are the seals, / The big seal and the writing." / And he came down from Bivar, Myo Cid, / With no hawks left there on their perches, / And no clothes there in the presses, / And left his trunk with Raquel and Vidas, / That big box of sand, with the pawn-brokers, / To get pay for his menie; / Breaking his way to Valencia. / Ignez da Castro murdered, and a wall / Here stripped, here made to stand. / Drear waste, the pigment flakes from the stone, / Or plaster flakes, Mantegna painted the wall. / Silk tatters, "Nec Spe Nec Metu."

Ilustración: Manuscrito de Mio Cid, de Per Abbat, siglo XIII Biblioteca Cervantes Virtual

Arseni Tarkovsky / Tronco y hojas




Diccionario

Soy la rama menor
del tronco de Rusia,
soy su carne.
Hasta mi follaje
llegan las venas húmedas,
de acero,
de lino,
de hueso,
de sangre,
son continuación
de las raíces.

Hay en las alturas
una poderosa tensión,
por eso soy inmortal.
Por mis venas corren
dolor y bondad,
la humedad helada
de las aguas subterráneas,
todas las erres y las eles
de la lengua sagrada.

La sangre de todos los nacimientos
y de todas las muertes
me llama a la vida.
Viví en los tiempos cuando
el genio anónimo del pueblo
revivía la carne muda
dándole nombre.
Su diccionario está abierto
desde las nubes
hasta la profundidad terrestre.

A la lengua racional, enseñarle el pájaro,
y a la hoja que se dice única,
sumergirla en la fuente
verde, rojiza, de oro, oxidada...

Arseni Tarkovsky (Elisavetgrad, 1907-Moscú, 1989)
Versión de Natalia Litvinova


СЛОВАРЬ

Я ветвь меньшая от ствола России,
Я плоть ее, и до листвы моей
Доходят жилы влажные, стальные,
Льняные, кровяные, костяные,
Прямые продолжения корней.

Есть высоты властительная тяга,
И потому бессмертен я, пока
Течет по жилам - боль моя и благо -
Ключей подземных ледяная влага,
Все эр и эль святого языка.

Я призван к жизни кровью всех рождений
И всех смертей, я жил во времена,
Когда народа безымянный гений
Немую плоть предметов и явлений
Одушевлял, даруя имена.

Его словарь открыт во всю страницу,
От облаков до глубины земной.
- Разумной речи научить синицу
И лист единый заронить в криницу,
Зеленый, рдяный, ржавый, золотой...


---
Foto: Tarkovsky Russia Ic

miércoles, junio 23, 2010

James Schuyler / Cortapapeles




Un cuchillo de piedra

26 de diciembre, 1968

Querido Kenward,
Qué perla
de abrecartas. Es justo
lo que necesitaba, algo
donde descansar los ojos, siempre
deseado, es decir
es eso que
sentía que me
faltaba pero
no lo sabía, sin uso
real y sin embargo
esencial como una caja
de botones, o los mapas, los verdes
cielos mañaneros, las islas y
canales en la avena, el vapor
del guiso de ostras. Ágata
marrón, veteada como un bosque
por un humo que presenta
la acuosa torsión de la zostera
en rápida concavidad desteñida de
herrumbre. Ondulantes líneas de
atardecer norteño –un Munch
sin la ansiedad– una
insinuación de casi ámbar:
a la nariz, un pensamiento
resinoso, al ojo,
una aguja laqueada, verde
allí donde no hay verde, una
post-imagen presente.
Pulido como un hacha, desnudo
y elegante como un lago,
varonil como un lingam,
petrificado clima de noviembre,
es la cosa justa
¿para hacer qué? ¿Para
abrir cartas? No,
es justamente la cosa, un
objeto, oscuro, feroz
y hermoso en el que
la sorpresa es que
la sorpresa, una vez
que pasa, sigue estando:
en el que disfrutar
no es consumir. Lo i-
rrecuperable retorna
en un mundo marrón
hecho de madera,
jaspeado de nieve, epi-
centro de tempestad
todavía en piedra.

James Schuyler (Chicago, 1923-Nueva York, 1991)
Versión de Laura Wittner en Se lo dico non lo faccio, se lo faccio non lo dico

Poemas en inglés de Schuyler en la página de Joseph Comte, Universidad de Buffalo

A Stone Knife
December 26, 1968
Dear Kenward,/ What a pearl / of a letter knife. It's just / the thing I needed, something / to rest my eyes on, and always / wanted, which is to say / it's that of which I / felt the lack but / didn't know of, of no / real use and yet / essential as a button / box, or maps, green / morning skies, islands and / canals in oatmeal, the steam / off oyster stew. Brown / agate, veined as a woods / by smoke that has to it / the watery twist of eel grass / in a quick, rust-discolored / cove. Undulating lines of / northern evening—a Munch / without the angst—a / hint of almost amber: / to the nose, a resinous / thought, to the eye, a / lacquered needle green / where no green is, a / present after-image. / Sleek as an ax, bare / and elegant as a tarn, / manly as a lingam, / November weather petrified, / it is just the thing / to do what with? To / open letters? No, it / is just the thing, an / object, dark, fierce / and beautiful in which / the surprise is that / the surprise, once / past, is always there: / which to enjoy is / not to consume. The un-/ recapturable returns / in a brown world / made out of wood, / snow streaked, storm epi-/ center still in stone.

Foto: James Schuyler en el Chelsea Hotel de NY, c. 1989 Robert Giard/Isola di Rifiuti

martes, junio 22, 2010

Mario Jorge de Lellis / Canto a los hombres del vino tinto




Canto a los hombres del vino tinto

Yo sé que vendrán, caminarán,
vendrán, caminarán, darán la vuelta,
dirán mi barco ballenero pesca en las Orcadas,
mi vejez es un canto de rayuela,
mi velador no caza mariposas,
vendrán, caminarán, dirán cualquiera
tiene un gorro frigio,
cualquiera tiene un tango,
tiene un agua tanino;
vendrán, caminarán, dirán la palabrota que les queda,
vendrán, caminarán, dirán del apio,
vendrán, caminarán, dirán que salga pato o gallareta,
dirán, caminarán, dirán qué bárbaro,
dirán imbécil,
dirán yo soy un hombre,
dirán piso la tierra.

Yo sé que ellos vendrán, caminarán.
Dirán, caminarán y cantarán con la violeta
y cantarán el ajo de los guisos
y el ábside, el gorrión, las azoteas.
Vendrán, caminarán, dirán que antepasados
murieron en cadalsos o en hogueras,
murieron sobre camas de hospitales,
sobre catres sin luz o sobre las veredas.

Vendrán, caminarán,
con la antigua zozobra
del alquiler,
con la herramienta húmeda, oxidada;
vendrán, caminarán, vendrán la siesta,
falseadores del sol,
halconeros audaces del de pronto,
viejos amigos míos, cantantes de violetas,
venteando lluvias coloradas,
cayendo, decayendo, diciendo que vendrán, caminarán,
diciendo apenas
que aquí vendrán, caminarán...
Y un chapoteo dulce pica en la piel
y uno sabe que están como los muertos:
acostados y duros y sin pena.

Como los muertos duros.
Los muertos ya no tienen vanagloria. Ni problemas.
Ni decapitación. Ni ley.
Ni llave familiar para el altillo. Ni retratos de abuelas.
Los muertos tienen solamente
un raptado moverse entre las cosas y una cruz oficial
y un pasado rumor de voces vivas en la oreja.
Y están bajo el zapato del que vive,
químicamente amargos, naturalmente pobres y de tierra.
Vendrán, caminarán. Observadores simples,
jugadores de truco, sacrílegos del agua,
bicarbonatos, hígados, confidencias,
lo que yo siempre tuve es poca suerte,
viejos amigos míos, cantantes de violetas.

Vendrán, caminarán.
Tendrán la mano abierta,
un tajo de dolor hundiendo sus infancias,
una hermosura en vino y un vino en la moneda.

Vendrán, caminarán.
La vida es tan correcta,
tan construida así como esas casas de diez pisos,
tan dócilmente puesta
hacia la muerte
que al encontrarlos
uno se siente afuera.

Vendrán, caminarán. Caña, pescado, pipa.
Pelos en la nariz, buenas noches me voy la tengo enferma
yo le voy a contar la historia de mi pueblo,
qué has quedado pensando marivelcha.

Yo sé que ellos vendrán, caminarán,
vendrán, caminarán, darán la vuelta.
Tienen cosas acaso que decir,
tienen qué preguntar: cuántas botellas,
cuántos lagares dulces,
cuánta ocupada mesa,
cuánto codo raído
o pantalón gastado en las veredas
anoche me soñé vinado en un cadáver
anoche me soñé a mi María muerta.

Vendrán, caminarán.
Visitarán mi tierra.

Vendrán, caminarán.
Fueron la tierra.

Vendrán, caminarán.
Se los tragó la tierra.

Vendrán, caminarán.
Campanas tocan en las copas. Buenas noches amigos,
buenas noches por catres, bodegones, viento al irse a dormir,
cantantes de violetas.

Mario Jorge de Lellis (Buenos Aires, 1922-1966), Cantos humanos, Colección Ventana de Buenos Aires, Buenos Aires, 1956

Foto: Mario Jorge de Lellis (der.) con el narrador y dramaturgo Abelardo Castillo en la Sociedad Argentina de Escritores (SADE). Publicada en Historia de la Literatura Argentina, volumen II, Centro Editor de América Latina, Buenos Aires, 1968

lunes, junio 21, 2010

Mario Jorge de Lellis / Boca Juniors


Uno sabe el color bandera sueca(1),
desarrancado gol grito del hincha,
vocación de este Boca boca llena,
tictac de historia de tablones(2)
chuenga a chuenga(3).
Uno siente la sangre de azul-oro
metiéndose en las venas
por un punto de más, por una nada.
Y ocurre que ni almuerzo ni merienda
tienen algo que ver,
ocurre que la novia zaguanera(4)
o el padre encabezando los domingos
miran pasar la tarde bizcochada(5)
y esperan como espera,
pasivamente el lunes.
Uno se va volado, está de loco al paso,
refuerza el corazón, grita sin grieta,
aplaude el gol sellado en la gambeta,
siente su afán,
lo sigue hasta en la sexta(6).
Y siempre, cuando ese sol domingo color pájaro
le pega en la cabeza,
cuando tiene en capilla la memoria
o en blanco la leyenda,
suelta nombres con nombres a medida
que los nombres lo sueltan:
tesoriere(7) capando los penales,
bidoglio(8) con refrán en cada pierna,
lazzatti(9) semafórico a las puntas,
cherro(10) firmando la pelota para una ida y vuelta,
arico(11) llevándola al desprecio,
varela(12) en boina suelta,
sarlanga(13) como dulce golosina,
angelillo(14) maestro, filósofo poeta.
Así, de Boca en boca,
lo inconsolable tiene
consuelo de domingo por la siesta:
léxico libre, loco levantado, potrerío(15) de fiesta.

Hacer la flor(16) de bocajuniors,
hacerlo con belleza,
hablar del pueblo pobre
que sin pedir permiso
se vuelca hacia la izquierda(17)
es una primavera de cosas hipotéticas:
¿qué pensarán los clásicos,
qué pensará la golondrina bécquer(18),
qué espronceda(19)?

No sé.
Pero ese pueblo vivo que empuja y desempuja,
que parla y parlamenta
es el único eco de estas voces
y el único que cuenta.

Viéndolo andar de Boca al hombro,
de corazón con quince estrellas(20),
de pasión sin corbata,
le digo este poema.

Mario Jorge de Lellis (Buenos Aires, 1922-1966), 1962 La Bombonera com.ar *

* El sitio ya no existe (nota del Ad., 2022)


Notas de La Bombonera com.ar:

(1) Los colores de Boca se tomaron de la bandera de Suecia.
(2) Los antiguos estadios eran de graderíos de tablas.
(3) Chuenga era una golosina (castellanización del inglés "chewing gum": chicle o goma de mascar) y su vendedor en los estadios, que gritaba el nombre del producto, acabó apodándose también así.
(4) El zaguán (la entrada de la casa) era el sitio preferido de los novios para las despedidas más íntimas.
(5) Juego de ideas: miran pasar la tarde comiendo bizcochos o miran pasar la tarde color bizcocho.
(6) Se refiere a la sexta edición de los diarios, que salía por la tarde-noche y los domingos traía ya los resultados de fútbol.
(7) Américo Tesoriere o Tesorieri: arquero de Boca de 1916 hasta 1927. Apodado "La Gloria", ganó cinco torneos en Boca. Jugó en la selección y mantuvo su valla invicta en los sudamericanos de 1921 y 1924.
(8) Ludovico "Vico" Bidoglio: Defensor de gran clase que jugó en Boca entre 1922 y 1931. Ganó nueve torneos.
(9) Ernesto "el Pibe de Oro" Lazzatti: centromedio de juego fino y atildado, que debutó en Boca con 18 años en 1934 y jugó hasta 1947, ganando cinco campeonatos de la era profesional.
(10) Roberto "Cabecita de Oro" Cherro: mediocampista de endiablada habilidad y gran llegada, goleador histórico de Boca con 221 goles (106 en la era profesional) cuyos equipos integró de 1926 a 1938.
(11) Pedro "Arico" Suárez: defensor español que jugó en Boca de 1929 a 1942. De gran calidad en la salida del balón.
(12) Severino "la Boina Fantasma" Varela: Delantero uruguayo, jugó en Boca sólo tres torneos y ganó dos. En 67 partidos que jugó marcó 43 goles, 5 a River. Usaba una boina blanca por un convenio publicitario, muy adelantado a su éspoca.
(13) Jaime "Piraña" Sarlanga: centrodelantero muy efectivo (193 partidos, 115 goles) que jugó en Boca de 1940 a 1948.
(14) Angelillo: Delantero de Boca en 1956 y 1957, de gran habilidad, luego transferido al Inter de Milán, realizando en Italia una dilatada carrera.
(15) Alude a los "potreros", como se llamaba a los terrenos baldíos donde los niños y jóvenes juegan al fútbol de manera informal.
(16) La flor se dice, en poesía, de la misma poesía. O sea que está diciendo: "hacer poesía de Boca Juniors..."
(17) Se entiende: la izquierda política.
(18) Referido a Gustavo Adolfo Bécquer, poeta español del período romántico, autor de una famosa rima "Volverán las oscuras golondrinas / de tu balcón sus nidos a colgar..."
(19) Referido a José de Espronceda, otro poeta español del período romántico.
(20) Las que Boca, según la tradición de estrella por campeonato en el escudo, tenía en el momento del poema.

Foto: Diego Armando Maradona festeja un gol en la cancha de Boca Juniors, 1997. BBC 

Roberto Themis Speroni / Invierno




El hueso del invierno

A mis hijos

I

Como un ángel curioso atravesando
una gran galería, un infinito
mundo de soledad donde fulguran
murciélagos de hielo, estalagmitas,
carámbanos de vidrio tan agudos
como el ojo de un pez; como si fuera
un destino caminar el hueso,
lo frío del invierno y sus misterios,
lo largo en amarillo y lo que tiembla,
ando el tuétano duro, el quebradizo
contorno de una vida en piedra inmóvil,
la longitud celeste del granizo
dispuesto en oquedad en quieta sombra.
Yo, el poeta, el desnudo –el mar acaso,
acaso la montaña, un dios acaso–,
ando el hueso invernal, el incrustado
hueso del tiempo en la estación más fría.
Por ancha boca de cristal, por sitios,
donde filosas llamas se sostienen
las unas con las otras, simulando
ardorosas imágenes, gastadas
ojivas de silencio, yo, el poeta,
–acaso el arenal, acaso el miedo–
voy internando mi vejez, mi llanto,
la certidumbre de saber que el hombre
es una forma del amor, del canto,
de la muerte que sopla dulcemente
a través de las grietas del invierno.
De esta manera, solitario, lejos
cargado de memorias que parecen
dolorosas anémonas, diademas,
constelaciones del ayer, avanzo
por el hueso invernal, por el gran tubo
que un viento tiritante va ciñendo
de lúgubres rumores, de murmullos
cuyo color castiga el ceño triste,
el triste muro de la frente abierta
a la razón que el invierno guarda,
como guarda el invierno en su comarca
la llaga del poeta.

Altas colinas,
dunas de sal, gaviotas transparentes,
hojas que fueron árboles un día,
rostros que en el adiós se distorsionan
hasta lograr la curva de los ojos,
lo fugitivo que en humo impera,
conmigo avanzan en quietud de hielo,
trepando, dando vueltas al origen
de lo que fuera bello, de lo antiguo
que amara yo, el poeta, –acaso un niño,
una flor a la orilla de una nube,
la delicada risa de un airoso
y brillante verano ya perdido–.

Todo conmigo va por ese hueso
de límites cambiantes: las ciudades,
los cementerios, el calor remoto
de un leño en la penumbra, el fino cuerpo
de una mujer tendida como un grito
de libertad detrás del pecho breve.

Y yo, el poeta, el taciturno –acaso
la sombra de un anillo, acaso el simple
sollozo de un guijarro, acaso el vuelo–,
voy integrando el ser, lo que los años
separan dividiendo, haciendo trizas
junto al hueso constante del invierno.

¡Oh, camaradas, ágiles guerreros
de aquella luz buscada y conseguida!...
Con cuánta lentitud, con cuánta angustia
debo internar mi soledad, mi sangre
por el invierno que a mi lado eleva
sus follajes de escarcha.

Por momentos,
descubro que hay un símbolo terrible,
una inviolable lápida asfixiando
esto que soy y somos, esta ardiente
necesidad de andar, de ver el grito
que el invierno sostiene, que aprisiona
con terquedad de hiedra en lo sombrío.
¡Si uno pudiera estar en toda fuente,
sumergido en profundas aventuras
solamente cercanas al espíritu;
si se pudiera descorrer el viejo
cabello del invierno, si la mano
quitara de improviso lo dormido,
lo muerto en apariencia, este gran hueso,
esta oquedad mortificante y sola
tal vez se estremeciera, diera un vuelco
hacia la estrella misma, y en el cielo
veríamos el mar, el valle hermoso
que los sueños contemplan solamente...!

Y sin embargo a tientas, yo, el poeta,
internándome a siglos, destrozado
por aguzadas limas que aparentan
infinitas ternuras, por espectros
que me arrojan arañas polvorientas,
adormideras, rostros invencibles,
sigo a paso de arena este gran hueso
donde el invierno es único monarca,
dios de cristal, señor de la derrota...

Niños caídos, vírgenes heladas,
inocentes arqueros de piel blanca,
cazadores de insectos, harapientos
monjes de nieve, imágenes de liquen,
en torno a mí, en torno a tanta pena,
tejen tapices, juegan a la muerte,
y con gestos apenas descubiertos,
momentáneos, fugaces, pero llenos
de misteriosa eternidad, se esconden,
me miran, aparecen y se internan
en el gran hueso del invierno hundido
en la mitad del tiempo, en lo callado
del tiempo y su mordida mariposa.

A veces, deteniéndome en un sitio
igual a una crisálida, cansado,
hombre del hombre, sombra de lo vano,
imagino que el hueso está en mi mismo,
sobre mi corazón, sobre los días
que transcurrieron dando tumbos, rotos
como botellas íntimas, iguales
a tanto mes caído en lo imposible.
Entonces se me ocurre que el espacio
es esto que está allí, cerca del hueso;
se me ocurre que parte de mis uñas,
de mi angustia que huele a tierra estéril,
a clamor boca a boca con el eco.
Y es verdad que agonizo en este instante;
es verdad que estoy próximo a lo exacto
que la muerte difunde. Y es tan cierto,
que hasta el hueso invernal, el hondo hueso
que suena en la garganta, me golpea
los apretados dientes del mañana.

Roberto Themis Speroni (La Plata, 1922-1967), Ana Emilia Lahitte, Veinte poetas platenses contemporáneos, Ediciones Fondo Cultural Bonaerense, 1963. Vía Poesía La Plata

Ilustración: Paisaje invernal, siglo XVII, Hendrick Avercamp

domingo, junio 20, 2010

Salvatore Quasimodo / El lamento de las madres...














Maratón

El lamento de las madres en Maratón,
el grito de las vísceras del pueblo
no fue oído por nadie. Grecia
estaba libre. Es libre Grecia.
Maratón es un lugar de soldados
no de sortilegios, aquí no crece templo
ni ara. Su tumulto está intacto, desde lo alto
se ve Eubea. Gusano de la historia
cada cosa concuerda sobre el terreno,
aquí el pedestal y en la tierra yelmos y espadas;
aunque con Maratón y Maratón,
el hombre de la llanura de Argos vive
entre murallas como garitas de vigilancia.

Salvatore Quasimodo (Módica, 1901-Amalfi, 1968), "La terra impareggiabile", Tutte le poesie, Mondadori, Milán, 1960
Versión de J. Aulicino

Foto: Salvatore Quasimodo, años 50 ANSA

Il lamento delle madri a Maratona, / il grido delle viscere popolane, / non fu udito da nessuno. La Grecia / era libera. È libera la Grecia. / Maratona è un luogo di soldati / non di sortilegi, qui non cresce tempio / né ara. Il suo tumulto è intatto, dall'alto / si vede l'Eubea. Verme della storia / ogni cosa concorda sul terreno, / qui la stele e nella terra elmi e spade; / anche se Maratona piú Maratona, / l'uomo della pianura d'Argo vive / fra mura come garitte di guardia.

Darío Rojo / Dos poemas





Una tabla sostenida por monstruos marinos

eso es el fin. Pero al no poder soportar
una verdad tan simple
tuvimos que inventar la noción de infinito.
Un complejo sistema de combinatorias que sólo
es posible cuando olvidamos el par de tortugas
que todo lo sostiene: una de espaldas a la otra.


La moral vuelve el porvenir en presente. (Mme. de Stael)

Aunque pretendieses hacer de lo literal tu palacete pompeyano,
para que así la escena obtenga un tonto y un rufián,
sé que tus palabras nunca habitarán ni los frescos
ni las pintadas de Pompeya,

seguramente terminarán por agruparse en el trazado de un emblema
en donde algo que nunca se abrió pudo ser cerrado con inusual pulcritud.

En el futuro algún esmirriado botánico dedicará sus energías
a nombrar una figura semejante; cuando ese tiempo llegue,
entre pistilos y clorofila habrá algo que yo podré reconocer

por eso te estoy agradecido.

Darío Rojo (Eduardo Castex, 1964), en Periódico de Poesía, México

Ilustración: Cubierta de Leviathan, de Thomas Hobbes, 1651

Alejandro Méndez / ¿Qué formas?...




La navaja de Ockham

¿Qué formas?
¿Cómo habitará la materia, el espacio por donde te esparcirás?
Las posibilidades incluyen al grano más proteico,
que algún día llevaré a mi boca,
o polen de abejas misericordes,
o arena de las flores.

Guillermo de Ockham desde el más allá, como vos,
me pide reducir las variables,
las hipótesis a su mínima expresión.
Podar lo accesorio, quitar la hojarasca.

Con su voz de muerto ilustre,
me cuenta que una madrugada de Mayo de 1328
huyó de Avignon y del Papa,
con el sello de los franciscanos en su pecho,
para buscar la protección del emperador.
Le dijo: -defiéndeme con la espada
y yo te defenderé con la pluma.

La misma fórmula que usé,
seis siglos más tarde, para asociarme a mi primo,
galán y líder juvenil, una tarde en el club barrial.
Fue el grito de guerra de un erotismo auto-sustentable.
Quid pro quo.

Alianza que atravesó el estertor de la edad.
Di argumentos a su belleza para hacerse soberana
de mi inconsistencia muscular.
Recibí al héroe en canchas de fútbol tristísimas,
sin laureles y el hambre intacta.

Guillermo de Ockham me dice que hay que llevar
la eficiencia de la razón a su grado máximo;
de modo tal que si uno se encuentra en una ciudad
y escucha galopar, sólo pueden ser caballos,
y no una manada de cebras.

A pesar de tener su navaja cerca de mi platónica barba,
lo desafío y pierdo el rumbo en la duda que me acuna.
Pienso en dos cosas: las cebras posibles, y vos resucitado.

Alejandro Méndez (Buenos Aires, 1965), de Pólder, inédito

Foto: Méndez, Facebook